Él...
Hace tiempo que compartimos muchas cosas, le quiero mucho y sé que él a mi también, pero no lo demuestra mucho.
Cada día que pasa le conozco más, he llegado a decir cosas feas de él, que muchas en su momento han sido ciertas, no lo odio, pero he llegado a decir que lo detesto y me cae muy mal.
Me a soportado como ninguna otra persona, a tenido que llevarme a fiestas que él no quería ir, me a llevado con él a lugares donde sólo él y algunas otras personas podían ir, me a soportado golpes, gritos, abrazos asfixiantes, besos empalagosos, cariños bruscos...
Él es mi hermano mayor y cada día me doy cuenta que a pesar de ser un cabrón de primera, es un muy buen amigos, el mejor cómplice y el más bueno para los chantajes... Pocas veces lo he visto mal y cuando eso ha pasado es una sensación indescriptible, no me importa nada y hago hasta lo imposible por hacerlo reír.
Es el mejor haciéndome enojar, es el mejor haciéndolo morir de dolor de estomago por causa de las risas que provoca en mi, es el niño más grande que conozco...
Se acerca su cumpleaños y siempre pasa por mi mente, "qué le podré regalar?", este año no es la excepción, más porque ese día no le veré (el muy cabrón se va fuera de la ciudad por cosas de la escuela ).
Es raro... hablamos muy poco, pero ese poco, son puras cosas que salen del corazón, de esas que sólo le cuentas a los mejores amigos (e incluso esas que ni a ellos les cuentas...). Sabía que algún día iba a notar la ternura que lleva dentro y anoche, fue ese día.
Gracias Fello por estar ahí y llevarme y traerme de cualquier lugar, a pesar de estar cansado hasta el... alma.
(El mejor hermano mayor que me pudieron a ver “dado”... Ese es él).