Heridas sobre viejas cicatrices
Se a empapado mi poca alma de nuevo, la más grande de las cicatrices tiene una herida encimada... que quiere convertirse en su aliada.
Me cala duro el frío imaginario de esa noche de neblina densa... imaginariamente feliz estás... estoy incompleta y no puedo decírtelo, la distancia ahora es mayor, el nivel... eres inalcanzable, se aproxima tu cumpleaños, y no podré hablarte, este año tenía pensado darte la sorpresa, jamás te llamé ese día, y ahora que pensaba hacerlo me es imposible... no recibiré correo tuyo tampoco, deseándome que la pase ‘suave’ en el mío, que orgullo ser del mismo mes... Que tonta... que estúpida he sido en todo este tiempo, no aproveché ese tiempo, que nos pasó? Cómo pasó?
Un abismo nostálgico habita en mi interior, y caigo en el una y otra vez, jamás logro ver el final... y nunca logro recordar como es que llego de nuevo a su orilla.
Una tormenta azul viste el paisaje que lo abriga... y no estás tú!! Para sostener tu mano, dios, como quisiera poder hacerlo! Sentirme segura, no caer porque me das ese soporte necesario, y no perderé el equilibrio...
Tu extinta voz retumba con un gran eco en la cueva obscura de mi cabeza... No reconozco palabras, no entiendo, sólo sé que es tu voz... instantáneamente tu rostro me arrebata la poca atención que puedo prestarle a algo, hoy es diferente, no ocupo cerrar los ojos para verte, es terrible sabes? Terrible! Quiero tocarte y la imagen se disuelve al viento...
Las lagrimas vagan cálidas por todo el rostro... y pensar que nunca me viste llorar!!
Sí no puedo abrasarte y hablarte... entonces!! ...De que me vale la confianza que yo pueda tener??
Joder!! Te has llevado todo!! Me has dejado mucho, pero... te has llevado mis inconformidades infantiles y me hacen falta, quiero verte!! Con una chingada!! que me muero por poder verte, aunque sea en sueños, pero quiero verte...
En unos meses se cumple un año... aun espero tu visita, pero sabes que me conformaría con una corta y fría llamada.
Avivaste un lado mío que no conocía, pero he pagado un precio alto, perdí medía vida mía, quedé invalida de ti, discapacitada soy!!
Porque no me quedé yo con ese corazón?
Lagrimas dulces de tristeza acumulada son absorbidas por los poros... y la sangre invisible a empapado de nueva cuenta al alma.
La nueva herida pide tiempo... me pregunta, si soporto el dolor que irradia a mi ser... aprieto los dientes:
“Es un dolor dulcísimo, en él radica su recuerdo, no importa cuanto trate de curar... sanar esa herida, siempre hay una que rompe nuevamente el tejido reconstruido... no importa, si ese dolor se va, el recuerdo se esfuma y es algo que no puedo dejar escapar”.
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