domingo, julio 20, 2003

Me provoca, ahorcarte lentamente, sentir en mis manos tu vida,
terminarla; no puedo, te odio demasiado.
Te odio demasiado para hacerte ese gran favor, terminar con tu vida,
hacerte las cosas fáciles, ¡no! no lo conseguirás.

Tú me odias más, pero, no sentimos de la misma manera.

Me provoca, abrasarte, sentir en mis brazos tu ser,
avivarlo; ¡No puedo! te quiero demasiado.
Te quiero demasiado para hacerte eso, "revivirte",
(en ti está hacerlo), no lo conseguirás, no dependerás de mi.

Tú me quieres, (lo sé), pero no sentimos de la misma manera.

Eres como un ángel caído, en busca de asilo, y mi corazón lo es.
Te quiero demasiado, no puedo privarte de tus dolientes alas.

Mi mente es una cárcel, no un refugio, ¡Sal! sal de ella,
¡No! no te cortes las alas, deja esas cadenas...

Te odio demasiado, para permitir que habites en mi mente,
Tu alma es un santuario ¿la mía? un vil pantano.

Ódiame y quiéreme, quiéreme tanto, como yo lo hago.
Anda, sal, escapa, se libre, déjame ser...

No seas esclavo de mis pensamientos;
Abre los brazos, extiende las alas:
Empieza a crecer.

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