Y... Arrancarte...
No consigo arrancarte;
te has clavado tan dentro, lastimas, es un dolor dulcísimo.
Y aunque no moleste, tengo que arrancarte...
Y... es que tú, eres daga sangrada, y mi cuerpo no es santuario...
para ese ritual, deja de hundirte más, deja que la sangre brote libremente...
Esas venas ya no se pueden cerrar...
Y arrancarte es mi propósito, cruel tal vez en tu mirar,
pero entiende fiera duda, aunque te arranque no me dejarás en paz.
Sólo quiero arrancarte, y poco a poco empezarte a enterrar.
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