Me cansé temprano de ti,
como quien pisa a duras penas con zapatos nuevos.
Me cansé temprano de ti,
te dejé a un lado del camino pegadito del bote de basura.
Me cansé temprano de ti,
y la pena llena de confuso remordimiento... me golpeó el pecho.
Y fui al cubo de basura y
como pude te sacudí de a poco el polvo.
Te metí al bolsillo izquierdo,
aquél que no estaba roto,
y dejé que descansaras una o dos hrs.
El capullo que cubría tu diminuto cuerpo
formó un terciopelo casi musgoso de carmesíes tonos sobre ti...
Esperé paciente pero... volví a cansar de ti.
Me volví a cansar de ti,
cogí el saquito rojo que te cubría y lo puse a un lado del camino.
Me volví a cansar de ti,
como aquél que a diario come la misma sopa.
Me volví a cansar de ti,
y esta vez te lo dije bien clarito... por favor:
Alejate de mi.