jueves, abril 30, 2009

"Frágil", dice la etiqueta de la caja....
Ella es tan delicada que da miedo…
Porcelana,” debería ser su nombre…

"No tocar",

No... NO TOCAR
No consigo despegar del suelo, no sin ti,
eres mis alas de cera, esas...
que solo se derriten cuando están próximas al sol…

Por fortuna, para ti y para mi,

sabemos bien
que los vuelos pacíficos de sabanas frías,
sólo tienen un horario fijo en su itinerario,
siempre es noche…

Pero lo importante aquí, es esto,
que no, que no consigo despegar del suelo,
es tan irónico escuchar decir “le está dando alas”,
alma mía, entre tú y yo,
bien sabemos que las alas, las plumas y las garras,
dadas están desde hace mucho tiempo…

Son las 3 de la mañana, y quiero,
realmente quiero despegar del suelo,
volar con tus alas de cera
por este cielo negro lleno de nubes
y que me digas “plumífera”
y yo morir de risa y caer de nuevo.

sábado, abril 25, 2009

Tu piel tiene un olor a sintético que me encanta, como arroz fresco tostado con miel.
Tu abrazo deja esa sensación de vacío momentáneo, una sensación arrolladora de angustia.

Tu beso por otro lado, hace sentir lo miserable que es mi vida, supongo tienes filtrada en el ADN de tu saliva una pócima maldita de tortura egoemocional...
Tu sonrisa gélida, inyecta de ánimo invernal mi corazón y yo sigo pensando en que el olor a sintético de tu piel me encanta, es tan original, tan natural como tu plastificación pública y moral…
Es como arroz fresco tostado con miel y se me antoja untarle sobre la cama del suelo, esa llena de tierra y lodo, de pasto masticado, de agua precipitada de adentro… se me antoja así, vacía, miserable, fría y asquerosamente.
Te propongo que nos usemos mutuamente;
sigue en tu papel de intocable, plastificando ideas, y yo, pretendo que lo he disfrutado…

jueves, abril 09, 2009

Te borré de mi, hace una noche…
Tan fría y absurdamente como quién le da vuelta a la página final de un libro viejo tantas veces leído...
8 años antes, recuerdo tu rostro largo de sonrisa encantada, sufrir y reír, el sudor colgando gota a gota de tu frente, tus pulmones a punto de colapso... lo sabía entonces, lo supe ese día de aire surrealista, lo supe hace una noche, te irías ¿a dónde? Eso no importa ya, te irías y punto… Presiento que planeaste tu huida lenta y sigilosamente, cómo la humedad del verano filtrándose en la sal de cocina, tan lenta y perversamente como una araña huraña en la espera de su presa, lo presiento, ¿Cómo probarlo? No dejaste ni un indicio, guardó silencio la noche, te esperó…
Te borré, te borré, una y otra y otra vez, siempre mentalmente cada noche, cada segundo, cada vez que terminaba o empezaba un libro…
Eso creía, como calca, tu clon maligno, aparecía en cada parte, en cada detalle, en cada nombre, veía a través de ti algunas veces; al voltear una página, en la portada de un libro, en la mano de un niño, siempre indudable, incansablemente tu mirada, seria con son de broma, fija y renuente taladraba mi alma…
Siempre mentalmente, hasta hace una noche, cuando horas antes de dormir, corté el lazo infinito que unía mi ombligo al tuyo, no sé si fue el mundo, la vida o simplemente la noche quien me parió de nuevo.
Todo fin tiene un inicio y todo inicio tiene un fin, no sé en que etapa estamos ahora, pero sé que mientras se aclara mi visión, sólo me tengo permitido ir paso a paso.
Te borré de mi hace una noche…
No es que me olvide de tu rostro, de tu voz o de tu abrazo, te borré…
es algo más profundo, sé, sabes, que ya no puedes hacerme daño.